Mi auto, la marca y mi club

La identificación de un gerente con su automóvil lo une a una comunidad de apasionados

Los autos son como los relojes, principian a ser necesarios luego ser selectos y terminan siendo únicos. Como buen gerente, seguramente recordará su primer carro: ya sea el de la U, el que le acompañó en su primera entrevista o reunión de negocios e, incluso, el que compró con su primer logro financiero.

Con mucho recorrido en el manejo, el gerente de ahora no solo cuenta con el vehículo de todos los días sino con ese especial que le recuerda varios momentos de su vida y que le ofrece sendas experiencias.

Compartir esas experiencias con otros apasionados de los autos hace que en Guatemala se formen clubes especializados en autos, ya sean clásicos, de marca o de colección. Con la proliferación de las redes sociales, estos clubes o asociaciones se hacen más grandes o exclusivos, según sea la marca que representa.

Íconos premium

Hablar de Mini, es hablar de una marca británica por excelencia. Se recuerda a los Beatles, a Michael Caine y al estilo urbano londinense. No es casualidad que la marca haya gustado desde el principio a la comunidad automovilística del país, ya que su historia y los valores que transmite tienen cierta identificación con los de los gerentes del país.

Mauricio Román, presidente del Club Circle of MINI Friends, explica que la base del club es simplemente ser felices. Sus miembros procuran reunirse constantemente para compartir el interés hacia los autos combinado por el gusto por la gastronomía y los viajes.

“Quienes tenemos un carro Mini y no lo usamos por trabajo sino por gusto propio, nos dedicamos por lo menos una vez al mes a salir con un grupo de amigos a disfrutar de una buena comida en un excelente lugar”, explica Román.

El Club recién cumplirá cinco meses, pero muchos de sus integrantes cuentan con esa pasión desde hace 8 o 10 años. En un principio fueron asesorados por Carlos Pinelo, presidente del Club Porsche, quien les explicó cómo se hacía un club y las directrices de este.

“Calendarizamos tres eventos para el año, compramos una página y registramos el nombre. Lo importante era encontrar lo que la gente buscaba en un club de este tipo”, indica Román al comentar que ya existían otros grupos de este estilo, pero que el objetivo era formalizar el club.

Para ingresar el primer requisito es ser propietario de un Mini y pagar una membresía mensual. “Así como no hay dos personas iguales, no hay dos minis iguales” dice Roman y por ello realizan los Track Day, eventos en el Autódromo Pedro Cofiño donde se efectúan carreras de autos Mini, con altas condiciones de seguridad y asesoría de expertos en la marca.

Gusto por lo antiguo

Desde los años noventa, un grupo de amigos decidieron unirse para arreglar sus vehículos e incentivar a los demás a arreglar sus vehículos abandonados. Según Julio Paredes, de la Asociación Guatemalteca de Vehículos Coleccionables, el auto más viejo es de 1902 hasta deportivos de 1975.

La Asociación participa en obras sociales al exhibir sus automóviles en eventos organizados para Casa Misericordia, una obra enfocada a adultos mayores y niños con desnutrición crónica.

El primer requisito es contar con un vehículo clásico y a la vez contar con una persona que lo recomienda a la Asociación, o sea su padrino. Aunque considera que contar con un auto clásico restaurado es tarea difícil, ya que lo más caro es la restauración.

Para el integrante del club, a la gente le encanta ver estos carros en exhibición y más aun circulando. También les llama la atención tomarse fotografías junto a los autos.

El clásico enamorado

Si bien Volkswagen, no es una marca considerada premium, si es un ícono mundial de automovilismo familiar, libertad y hasta de amor.  Por ello, si desea hablar de un Volkswagen es mejor hablar de un escarabajo, vocho o carcachita como le denominan varias personas en Guatemala.

El Club Vochos Guatemala se fundó en el año 2000 y entre las actividades que tiene es salir a pasear, reunirse e incluso realizar viajes largos. “El año pasado nos echamos un viaje de 3 mil kilómetros hasta Cancún, México y ninguna de las naves molestó”, expresa Marcos Sosa, representante del Club.

Los clubes han comenzado con grupos de amigos que se reúnen para arreglar sus vehículos

Recién el 23 de junio se celebró el Día Internacional del Escarabajo. Este día se recuerda el lanzamiento del prototipo del Volkswagen o “Auto del Pueblo”, en Alemania en 1934. En Guatemala el Club Vochos Guatemala junto al Club Bug y Malportados Vespa se reunieron en una gasolinera de la Roosevelt para viajar en caravana hasta Florencia.

Al igual que los clubes de otras marcas, el requisito principal es tener un Volkswagen. Como club también ha realizado actividades de apoyo social. En 2018 el Club realizó una colecta para ayudar a una familia afectada por la erupción del Volcán de Fuego. “Este año proponemos hacer una jornada de reforestación y ampliar nuestros planes de proyección social”, expresa Sosa.

Para Sosa, el Club es uno de los más grandes en cuanto a seguidores en la red social de Facebook y personas interesadas en los famosos “vochos”. Esto se convierte uno de los mayores logros del Club Vochos Guatemala, lograr una fuerte amistad basada en la solidaridad. “Quien tiene un escarabajo conoce bien su carro, ayuda a otra persona que esté parada y necesita algún arreglo. Siempre lo he dicho: uno llega por los carros, pero se queda por los amigos”, finaliza sosa.

 

Pedro A. Barrera
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

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