El estrés laboral es un padecimiento común, pero muy dañino. Es una de las principales causas de cardiopatías, trastornos digestivos, aumento en la tensión arterial, dolores de cabeza, trastornos musculoesqueléticos, entre otras enfermedades que afectan seriamente la salud física y mental de las personas.
La carga de trabajo extenuante, la multifuncionalidad de tareas, las condiciones laborales extenuantes o de riesgo, un clima laboral desfavorable, los problemas no resueltos o el temor por la situación financiera personal o de la empresa, son las principales causas de estrés, a las que se suman los problemas cotidianos de la casa, con la pareja, los hijos o la vida personal.
Cabe señalar que, el impacto que genere cada situación en particular depende de cada persona. Lo importante es aprender a detectar cuando alguna de estas situaciones está ocasionando estragos que afectan la salud. Estos pueden manifestarse de manera primaria como dolores de espalda, dolores de cabeza frecuentes, malestar estomacal, depresión, agotamiento, deficiencia del sistema inmunitario, sentimientos de descontento, insomnio, problemas en las relaciones personales, sensación de ira, carácter explosivo o hasta lesiones repentinas.
Sin importar la razón, ante las primeras señales de alerta tome las debidas precauciones. Los expertos aconsejan que, cuando una persona se siente estresada o cansada, lo mejor es que haga pausas, es decir, tome pequeños descansos que le permitan refrescar la mente. Por ejemplo, salir a caminar o detenerse para consumir un snack saludable.
Por otro lado, ayuda actualizar la descripción de puestos, así como una revisión y organización de las tareas para recuperar el control o para delimitar lo que se puede o no se puede realizar y, de esta forma, establecer prioridades y tiempos moderados.
El punto anterior se vincula al establecimiento de metas razonables. Aceptar más trabajo del que se puede realizar es un error. El día no puede tener más horas y las personas necesitan cumplir todos sus roles. Por ello, procure que su tiempo de trabajo sea eficiente y controle que sus pendientes se cubran dentro de ese rango, y no más allá de lo prudente. Hable con sus superiores o compañeros de trabajo para establecer retos realistas.
Asimismo, sea organizado. Haga listas de tareas por orden de importancia, separe lo urgente de lo importante y delegue cuando sea necesario. No olvide dedicarse un tiempo para sí mismo, en el que pueda hacer ejercicio, distraerse con algún pasatiempo, ir a un restaurante o juntarse con los amigos. Y siempre considere hacer planes para su tiempo libre, pues es una manera muy efectiva de manejar el estrés, equilibrar su vida laboral y personal y evitar enfermedades.
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