Pymes responsables para ser competitivas

Las pymes decididas a crecer deberán emprender acciones de responsabilidad social empresarial

Para la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) el tamaño de las empresas y el sector al que pertenecen es clave, afirma Juan Pablo Morataya, de Centrarse, ya que las realidades y los impactos de una empresa de servicios local, frente a las de una mina, por ejemplo, son distintas. Alrededor de la RSE existen paradigmas como que las pequeñas y medianas empresas no pueden hacer RSE, o que se trata de “paternalismos o filantropía”, señala Morataya.

Una pyme “no puede salir a regalar cosas” porque su tamaño no lo permite, y eso no es RSE, señala Morataya en coincidencia con Karen Wantland, consultora en RSE. Sin embargo, la RSE es un factor competitivo que se puede aplicar completamente a las pymes y que les puede ayudar a reducir costos y a dar un valor agregado a su producto o servicio, añade.

Wantland apunta como fundamental que las empresas se hagan responsables de sus impactos y menciona tres filtros necesarios para que las acciones de una empresa se consideren como responsabilidad corporativa. El primero es la legislación. Toda empresa está obligada a cumplir con la legislación ambiental, laboral y social, entre otras. Dependiendo del sector de la empresa, ésta deberá tener más cuidado en el manejo de sus desechos o del agua, o considerará la no contratación de niños, señala. El segundo filtro se refiere al respeto por los Derechos Humanos, tanto dentro de las empresas como hacia fuera. Wantland recuerda que Guatemala es signataria de varios convenios y tratados internacionales, empezando por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros firmados, por ejemplo con la OIT y que abarcan realidades como la erradicación del trabajo infantil, del acoso sexual en el ámbito laboral y la no discriminación por ninguna razón, por ejemplo.

Morataya coincide con Wantland y señala que las empresas pueden medir, a través de la herramienta Indicarse Pyme, el nivel de cumplimiento de los siete ejes de la RSE: gobierno corporativo, prácticas laborales, temas ambientales, cadena de proveedores, relacionamiento con la comunidad, prácticas de mercadeo responsable y relación con lo público. Esta medición permite que las pymes obtengan un estado de su situación de sostenibilidad. Según Morataya, el 85 por ciento de las grandes empresas en Guatemala está incluyendo criterios de sostenibilidad al elegir un proveedor, y de estos una gran cantidad son pymes, por lo que es importante comenzar el proceso de diagnóstico para ser consideradas como proveedoras, lo que aumentará su competitividad.

En Centroamérica y Panamá (excepto Belice), más de 400 empresas han realizado estas mediciones. Morataya cuenta la experiencia de un banco, una financiera regional que utilizó Indicarse Pyme para medir a sus proveedores, 75 de ellos en Guatemala, a quienes se les brindó acompañamiento para que pudieran mejorar el nivel de cumplimiento.

Centrarse impulsa también el proyecto “Mejora del Desempeño de Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) centroamericanas a través de la Implementación de Prácticas Empresariales Responsables”, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con la metodología Calamsys (calidad, ambiente, salud y seguridad ocupacional), con la que se conocen las necesidades de sostenibilidad de las pymes y, posteriormente, se elabora un plan de trabajo de ocho meses que ayuda a alcanzar estándares básicos.

Con esta iniciativa se realizaron tres pilotos con sendas empresas, una dedicada a controles de acceso, instalaciones eléctricas y redes, una distribuidora de energía eléctrica y un ingenio de azúcar. Estas empresas encadenaron a sus proveedores -pymes- con una lógica a largo plazo. Cada empresa puso énfasis en sus proveedores críticos. La idea, señala Morataya, es que ahora la experiencia “empaquetada” se ofrezca a distintas empresas de los mismos sectores.

Otro de los proyectos es “Yo cumplo”, que busca acreditar y certificar buenas prácticas para pymes exigiendo, por parte de las grandes empresas que las contratan, el cumplimiento de 50 indicadores básicos. A cambio, las pymes obtienen el sello “Yo cumplo”, que significa que la pyme es responsable en cuanto a su constitución legal, al pago de impuestos, a la erradicación del trabajo infantil, al contrato y pago de prestaciones y a la relación comunitaria, cuenta Morataya.

El sello será verificable y se pretende que al menos 300 pymes durante el período 2015–2016 pasen por este piloto que comienza en mayo de 2015. Las pymes que quieran participar en el proyecto deben invertir US$150 de inscripción. Para Wantland es importante que las pymes se evalúen y realicen actividades relacionadas directamente con su negocio. Por ejemplo, que si se tiene un alto consumo de agua se evalúe el impacto de ese consumo sobre el entorno, las comunidades y el manejo de las aguas servidas, y no que se evalúen aspectos no relacionados con el giro de la empresa.

Centrarse prevé trabajar con las pymes los negocios inclusivos, con lo que buscará que las empresas en un área determinada incluyan dentro de su cadena a negocios informales con el objetivo de promover la empresarialidad y el emprendedurismo, apunta Morataya.

Para Wantland hay todavía una tarea pendiente en la responsabilidad empresarial –el tercer filtro mencionado–, y es que como “ciudadano corporativo” la empresa debe ser responsable de todo su proceso y, por ejemplo, “cuidar que sus alimentos no posean altos contenidos en azúcares o alertar sobre las consecuencias que afectan la salud”, y no hacer publicidad engañosa ofreciendo un producto que no es tal cosa, acota.

Morataya llama la atención sobre el Acuerdo de Asociación (AA), firmado por los países de Centroamérica y la Unión Europea (UE), en el que se exigen criterios de sostenibilidad básicos para cualquier empresa exportadora y para las que se encuentren en su cadena de proveeduría. Esto es una oportunidad para que las pymes hablen el mismo lenguaje de sostenibilidad y de competitividad, pero también es una llamada de atención: “las pymes que consideren la RSE son las que van a permanecer en el tiempo y las que van a crecer en el comercio internacional”, añade Morataya.

Wantland reconoce que algunas de las acciones de RSE exigidas a las empresas en general y a las pymes en particular entran en el campo de lo utópico –como el no regalar juguetes a cambio de la compra de chocolates- , pero tal como diría el recién fallecido Eduardo Galeano: “la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, para caminar”. Centrarse también sabe que la RSE tiene un alto componente de voluntad de los actores.

En la memoria de labores de 2014 se hace la llamada: “Centrarse no garantiza, ni certifica, ni representa, ni se hace responsable de las acciones, prácticas o políticas de sus socios; únicamente les acompaña y asesora a mejorar su desempeño en RSE”.

Roberto M. Samayoa O.
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.org.gt

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