Turismo con sabor a Guatemala

Para el turista, la gastronomía es un medio de socialización

El vapor con olor a pepitoria, tomate asado, chile y otros ingredientes. El arroz que le acompaña y los deliciosos tamalitos hacen que disfrutar del Pepián sea toda una experiencia para el paladar. No solamente porque es tradicional y autóctono de Guatemala, sino porque esa mezcla de sabores cuenta con una historia que data de cientos de años.

“Guatemala posee sabores poco conocidos, pues el turismo gastronómico no se ha desarrollado en el país. Y ese mismo anonimato es el que nos permite sorprender”, comentó a Revista GERENCIA, el conocido chef Eduardo González, quien forma parte del equipo de catedráticos de la Academia Culinaria de las Américas (Acan).

Guatemala brinda experiencias únicas para el paladar. En la fotografía, un plato de pepián (Patrimonio Cultural de Guatemala), del restaurante Kacao en la zona 10.

Hay sabores o ingredientes que son originarios o autóctonos de Guatemala, tales como el chipilín o el loroco, el colorido de las tortillas negras, amarillas o blancas y un rico chocolate caliente.

Existen destinos que se han desarrollado debido a los productos o platillos que ofrecen. Tal es el caso de la Hacienda San Antonio Acul, ubicada en Nebaj, Quiché, que produce el queso Chancol. En el lugar, los turistas se pueden hospedar, y no solo observar sino participar en la producción del queso.

También llamados: “foodies”, o amantes de la comida y la sazón, por lo regular
presentan ciertas características:

Es un viajero que busca la  autenticidad de los lugares que visita a través de la gastronomía.

Le preocupa el origen de los productos
Reconoce el valor de la gastronomía
como medio de socialización.

Rechaza la uniformidad.

“Hay lugares icónicos que son conocidos sólo por su buena mesa o productos que ofrecen”, indicó González. El profesional enumeró algunas rutas y platillos. En ruta a oriente, por ejemplo, se encuentran los chicharrones con yuca de don Carlos, las tortillas de queso con loroco que se degustan en el Rancho para finalizar la ruta en el Peñascal en Alta Verapaz. En ruta hacia el altiplano se puede degustar de un desayuno en el corredor de Tecpán y si el destino es Sololá, no debería faltar un plato con Patín. En Livingston, el tapado del Restaurante Margoth. En Petén se degusta el delicioso coshan guisado y en San Francisco, el exquisito bachá (entre cenizas).

“Guatemala tiene todo lo necesario para desarrollar el turismo gastronómico: material prima, talento, calidad humana, la gastronomía y el plus de la cultura y los paisajes”, indicó el chef. A su criterio, para lograr posicionar a Guatemala como destino deberían darse algunos pasos iniciales: reencontrarnos con lo nuestro, educar a las nuevas generaciones, documentar los platillos y su historia y, por último, trazar las rutas.

Rubí López
Periodista
editorialgerencia@agg.org.gt

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