Restricciones del transporte, sin visos de soluciones inmediatas
El crecimiento del parque vehicular y la falta de rutas alternas restringieron el horario de circulación del transporte pesado, lo que impacta en la economía de las empresas y del país
Circular en la ciudad capital es cada día más complicado. Lo que empezó por llamarse horas pico, hace muchísimos años, ha ido desapareciendo hasta convertirse en casi días pico. Y es que sea la hora que sea en que se circule, hay vías de la ciudad que siempre están congestionadas.
La calzada Raúl Aguilar Batres es una buena muestra de ello. Aunque es cierto que en algunos horarios el tráfico es menos pesado, la ruta siempre está cargada de vehículos, ya sea para entrar o para salir de la ciudad. Pero, la ruta al Atlántico no se queda atrás y abarca áreas como la calzada José Milla y Vidaurre y, a veces, hasta la Calle Martí, que conecta con el Anillo Periférico en la Sexta Avenida de la zona 2 capitalina.
El fenómeno ha motivado medidas municipales que no gustan a muchos, pero estas no han sido suficientes. Las largas filas de vehículos continúan y, lo que es peor, sin un futuro promisorio, habida cuenta de que el parque vehicular del país sigue en aumento y las restricciones impuestas se hacen cada vez menos efectivas.
Impacto económico
Empresarios y usuarios del transporte pesado del país calculan que diariamente se movilizan unos US$60 millones en productos que entran y salen. Esa cifra se ha visto menguada desde la entrada en vigencia de la restricción municipal a la circulación de vehículos de carga, pues el número de viajes bajó de 3 a 1, por unidad.
El golpe, entonces, no solo ha afectado a los empresarios sino también a los pilotos, pues sus ingresos también han
caído junto con el número de viajes que hacen.
El Consejo de Usuarios del Transporte Internacional de Guatemala (Cutrigua) ha manifestado públicamente su rechazo a la medida, pues sus dirigentes están conscientes del golpe económico que significa.
A las quejas se ha unido la Cámara de Transportistas Centroamericana, entidad que asegura que el primer impacto negativo de la restricción es un inminente aumento en los precios de los productos que ingresan. Y si se trata de los que salen del territorio nacional, la medida es similar, lo que le resta competitividad a los empresarios exportadores.
El Sindicato de Trabajadores del Transporte Pesado (STTP) no ha sido la excepción en esta marea de inconformidades. Sus directivos aseguran que los pilotos se ven obviamente afectados y que eso no lo pueden permitir. Los pilotos, que en el STTP suman poco más de 15 mil, ya han tomado medidas de protesta y hasta han paralizado las aduanas, pero eso al final no ha hecho sino afectar aún más a su sector, porque significa menos movilización y, por lo tanto, menos ingresos para todos. Solo en un paro efectuado por los transportistas la aduana de Puerto Quetzal dejó de percibir, en un día, Q22.8 millones. La de Santo Tomás de Castilla perdió ingresos por Q10.1 millones y la de Tecún Umán por Q5.2 millones.
La voz de la autoridad
Amílcar Montejo, intendente administrativo de la PMT.
Amílcar Montejo, intendente administrativo de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) capitalina, asegura que están conscientes de muchos de los problemas que se ocasionan, pero que se debe tomar en cuenta que se asumen esas medidas en la búsqueda del bien de la mayoría.
La circulación en la ciudad es cada vez más problemática y con las restricciones de horario para la movilización del transporte pesado en la ciudad se ha conseguido cierto grado de mejoramiento. Montejo asegura que, con las restricciones se ha logrado reducir en 3 mil viajes la movilización dentro de la metrópoli. Eso, en términos de tiempo, significa entre 2 y tres horas menos de congestionamientos, dice el intendente, pues el espacio que ocupan las 3 mil unidades de transporte pesado abre lugar para entre 9 mil y 12 mil vehículos livianos que pueden circular
Sin embargo, el problema no se detiene totalmente. Y menos cuando el parque vehicular crece aceleradamente. Montejo asegura que este año circulan en la ciudad cerca de 1.1 millones de vehículos. El cálculo es que diariamente se agregan al parque automotriz capitalino entre 220 y 240 vehículos, lo que mensualmente significa unos 8 mil automotores más circulando en la capital.
Así es que lejos de disminuir las medidas de restricción, lo más seguro es que puedan incrementarse. Aunque el intendente asegura que ya se piensa en medidas que puedan paliar los problemas, como la construcción del famoso anillo periférico metropolitano y la puesta en vigencia de la restricción de horario de circulación para los fines de semana. Esto último porque, aun cuando la medida ya estaba contemplada, se ha mantenido sin aplicar porque no se han logrado acuerdos en las pláticas que sostienen autoridades, transportistas y pilotos.
Epílogo
Detener las restricciones es, de momento entonces, casi imposible y los empresarios deberán seguir enfrentando los impactos económicos que ello conlleva. Pero, lo que es peor es suponer lo que se viene, pues si el parque vehicular crece sin control, como lo señala Montejo, lo más seguro es que el problema de los congestionamientos siga en aumento y las autoridades busquen mecanismos que les permitan ir paliando la situación.
Lo anterior de entrada, haría suponer que los horarios de restricción podrían ampliarse, en tanto se construyen rutas alternas para al transporte que permitan su fluidez sin afectar la circulación de vehículos dentro de la ciudad capital.
Carlos Morales Monzón, Periodista y Profesor Universitario cmoralesmonzon@yahoo.com