Conozca un trastorno que afecta su rendimiento 

Duerma, descanse y sea más productivo

Muchas personas duermen, pero no descansan. Y se levantan con el mismo desgaste de energía con el que se acostaron. Esto se debe a un padecimiento conocido como la apnea del sueño, en el que la persona hace una o más pausas en la respiración o desarrolla respiraciones superficiales durante el sueño. 

Las pausas, que duran pocos segundos o minutos, se dan con una frecuencia que altera el sueño y lo hacen pasar de lo profundo a lo liviano, además de producir ronquidos fuertes o sonidos como cuando una persona se atraganta; por ello, casi siempre son las parejas o los familiares quienes advierten de esta situación anormal, así lo indica el doctor Juan Pablo Moralejo, especialista en la terapia del sueño, quien aclara que roncar en sí no es una enfermedad.

Es difícil que las personas que sufren apnea del sueño se den por enteradas, porque solo les ocurre durante el sueño; de hecho, muchos pueden finalizar su vida sin haber sido diagnosticados. Uno de los síntomas que evidencian la apnea es el bajo rendimiento físico después de un sueño poco o nada reparador. “También hay gente que cuenta con historia médica antigua, como subidas de presión, sobrepeso o problemas cardio o neurovasculares, que se toman en cuenta al momento de sospechar sobre este padecimiento”, indica Moralejo. 

En los niños sucede lo contrario, uno de los síntomas clásicos de la apnea del sueño en infantes es que además padecen déficit de atención. “Son los niños más molestones de la clase, seguramente porque no duermen bien”, dice el profesional.  

Diagnóstico acertado 
Para diagnosticar la apnea, en Guatemala existen laboratorios del sueño, así como estudios portátiles que pueden utilizarse en casa. Los primeros miden las ondas cerebrales, los flujos de aire, qué tipo de sueño se consigue, los ronquidos, la tensión de los músculos, la frecuencia cardíaca y la oxigenación. Los de casa son más pequeños y más fáciles de usar, son más cómodos y cada vez más completos, también miden la respiración, el ritmo cardíaco y el paso del aire por la vía aérea, se utilizan durante la noche. 

Ambos aparatos, después de la medición se conectan a una computadora que informa sobre la actividad nocturna. Dos días después se diagnostica al paciente, pues con certeza se puede determinar si padecen de apnea. “Generalmente, las personas con sobrepeso suelen padecerla, pero no siempre es así, pues tengo paciente jóvenes y delgados que también la padecen. Por ello, parte del tratamiento es el control del peso por parte del paciente”, dice el también médico neumólogo. 

En busca del sueño reparador 
La solución medular para controlar la apnea consiste en la utilización de los CPAP (Continuous Positive Airway Pressure), una modalidad de ventilación que mejora la oxigenación al aumentar la capacidad residual funcional del paciente. “El aparato genera una presión de aire continua que ingresa a las vías aéreas por medio de una mascarilla, lo que evita la obstrucción del paso del aire en la garganta, cuando hay episodios de apnea”, indica el profesional de la salud. 

El aire que toma el aparato es del ambiente, no es un suplemento de oxígeno, y lo transmite a cierta presión por medio de un compresor, a través de un tubo que va conectado a una mascarilla que va puesta en la nariz, en la boca o, en apnea del sueño severa, en ambas.  

Las mascarillas están hecha de un material muy suave para no lastimar la piel, y para que al utilizarlas sea más placentero, además para evitar las existan fugas de aire, porque si se pierde la presión se pierde el efecto. 

“El tiempo de vigencia de una mascarilla es de 6 a 12 meses. El compresor rinde unos diez años, o hasta que la tecnología varíe y fabriquen aparatos más modernos”, cuenta el especialista. 

Estos aparatos funcionan tanto en la apnea severa como en la moderada, por eso existen estilos y presentaciones sencillas hasta las más complejas, que a decir de Moralejo, las usa solo quien realmente siente el beneficio de amanecer descansado, porque son de mayor tamaño. “Alguien que está bien cansado, no le importa dormir con el aparato, porque su rendimiento durante el día va a ser mucho mejor. La mascarilla hace que la noche sea muy atractiva, y los aparatos son silenciosos, por lo que no afecta a las personas con las que se comparte habitación”, agrega el profesional del sueño. 

Además de las mascarillas, que Moralejo describe como las más efectivas, los otorrinolaringólogos practican cirugías en donde no solo eliminan las amígdalas sino una parte del paladar. En términos prácticos eso significa una reconstrucción de la garganta, que funciona bien, pero es un procedimiento doloroso. Así también, el médico menciona que han existido unos aparatos dentales, que ya no son muy utilizados, que hacen que la mandíbula se desplace hacia adelante, lo que aumenta el espacio de las vías unos cuatro milímetros, con lo que el problema no se resuelve, pero sí se controla.  

El uso de las mascarillas es por tiempo indefinido, y eso puede significar para el resto de la vida. El neumólogo cuenta que, “en ocasiones se logra que las personas modifiquen su hábito corporal, como hacerse a un régimen que les permita bajar de peso, lo que ayuda a solucionar el problema sin los aparatos”. 

Las estadísticas señalan que la apnea del sueño se da más en hombres, excepto cuando las mujeres atraviesan por el período de la menopausia. Y la edad en que más afecta parte de los 50 a los 75 años. “Nos da más en la medida que crecemos en peso y edad”, advierte Moralejo. 

No solo se trata de dormir en los brazos de Morfeo, quien batía rápida y silenciosamente sus alas para volar a cualquier rincón de la Tierra, y así inducir los sueños de quienes dormían. Se trata de descansar y, para quien no lo hace, de descartar el diagnóstico de la apnea el sueño, pues sobrellevar este padecimiento predispone a la hipertensión, a sufrir un infarto del miocardio, del corazón o derrames cerebro-vasculares. “La complicación mayor puede ser la muerte súbita. Recordemos que se han registrado casos en los que la apnea provoca la muerte”. 

Ileana López Ávila 
Directora 
Revista GERENCIA 
gileana@agg.org.gt 

También podría gustarte