De la incertidumbre al resultado esperado

Sandra Torres terminó en el primer lugar y Alejandro Giammattei en el segundo, como se esperaba. Ahora comienza la carrera final, que concluirá el 11 de agosto, luego de una serie de negociaciones políticas de compra de apoyos para decidir quién será el próximo Presidente de la República de Guatemala

Las encuestas profesionales, no se equivocaron. Entre incertidumbre, sospechas y críticas hacia las autoridades electorales, las elecciones generales se efectuaron en un clima de relativa tranquilidad. Y decimos de relativa tranquilidad porque no puede negarse que hubo connatos de violencia.

En San Marcos y San Lucas Tolimán, en Sololá, la fuerza pública debió intervenir. En un lugar se reclamaba que algunas papeletas no estaban selladas debidamente y en otro que hubo un sospechoso corte de energía eléctrica.

Pero a esos incidentes se sumaron otros, quizás de menor incidencia, pero igualmente fueron focos de posibles problemas en el desarrollo del proceso de emisión de sufragios. En el centro de votaciones de la iglesia La Merced, en Antigua Guatemala, una papeleta celeste de más, generé confusión y escándalo entre los votantes y fiscales de partidos políticos. Hubo que esperar la intervención del Ministerio Público para que, luego de emitir el acta respectiva sobre la existencia de una papeleta extra considerada como un error humano, continuara el proceso con normalidad.

En otros casos se hizo notar el poco conocimiento que existía entre muchos de los directivos de las mesas electorales, en cuanto a procedimientos. Incluso en una mesa no sabían distinguir entre la tinta que se usa para las almohadillas que sirven para sellos y la indeleble que se usa para marcar el dedo índice de los votantes.

En fin, lo más importante es que el proceso de Elecciones Generales 2019 llegó a un parcial fin sin mayores complicaciones. Hasta las 9 de la mañana con 48 minutos y 6 segundos, del lunes 17 de junio, los resultados eran los esperados, según las encuestas profesionales que se efectuaron durante el periodo preelectoral, y cuando se contabilizaba el 97 por ciento de las mesas instaladas para la votación, restando solo 696 de las 21 mil 99 por computar.

Sandra Torres y la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) se alzaron con el primer lugar de esta primera vuelta, alcanzando el 25.67 por ciento de los votos válidos emitidos, para un total de 1 millón 95 mil 463 votos. Bastante lejos de ella, en el segundo lugar, se posicionó el candidato del partido Vamos, Alejandro Giammattei, con el 13.93 por ciento de los votos válidos emitidos, para hacer un total de 594 mil 306 sufragios a su favor.

En un decoroso tercer lugar, si se quiere ver así porque es la primera vez que participa, se ubicaba el exitoso diplomático guatemalteco, Edmond Mulet, del partido Humanista, con un 11.18 por ciento del total de los votos válidos emitidos, para un total de 477 mil 199 sufragios.

Pero la sorpresa del proceso la dio la candidata del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP)Thelma Cabrera, pues en un solo mes saltó de los últimos lugares de las preferencias electorales, hasta el cuarto puesto, destronando a Roberto Arzú y relegándolo al 5 puesto de la tabla de posiciones.

Los expertos consideran que el salto de Cabrera no fue precisamente una casualidad, pero tampoco un trabajo profundo de su equipo. En realidad, creen que lo sucedido es que muchos de quienes tenían sentadas sus preferencias en Thelma Aldana, la fallida candidata del Movimiento Semilla, optaron por Cabrera como la opción más cercana a sus expectativas políticas de la lucha contra la corrupción.

Es válido decir, según los analistas, que mucha de la población con grados educativos altos y niveles de análisis elevados, han perdido la total confianza en los políticos tradicionales y veían a Aldana, quizás no como una persona de suma confianza, pero sí como alguien que había mostrado una diferencia en la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Esas personas, ante no tener a nadie de los candidatos del espectro que llenara esos requisitos, decidieron apoyar a Cabrera y pensar que podía ser el estandarte de un cambio a lo que desde 2015 se ha llamado la vieja política. Esta sería la explicación que algunos tienen ante ese gigantesco salto de la candidata del MLP, desde los últimos lugares hasta la cuarta posición de las presidenciales de 2019.

Hasta el cierre de este artículo, la segunda vuelta resultaba inminente entre Sandra Torres de la UNE y Alejandro Giammattei, de VAMOS. La cita para los electores es para el próximo 11 de agosto, pero en realidad a partir de hoy es cuando se inicia el sprint final para la presidencia. En términos teóricos y típicos, Torres tendría asegurada la victoria para la primera magistratura. Sin embargo, aquí es cuando inician las negociaciones entre los distintos partidos, quienes negocian posiciones a cambio de su apoyo en esa segunda vuelta.

Sandra Torres y Alejandro Giammattei pasan a Segunda Vuelta,

el próximo 11 de agosto

Si la UNE y Sandra Torres no consiguen consolidar ese primer lugar de la primera vuelta, con apoyos de otros movimientos políticos, quizás hasta termine perdiendo nuevamente la elección y sea Giammattei el más beneficiado de los anticuerpos que Torres genera, dando lugar al famoso antivoto que podría dejarla, como se diría en buen chapín, vestida y alborotada.

La segunda vuelta está a la vuelta de la esquina. En breve veremos el inicio de los movimientos a favor y en contra de uno u otro de los candidatos. Pero nada puede advertirse con total certeza hasta luego del proceso que nos lleva a las urnas el 11 de agosto y se haga el conteo final que determine quién será el próximo Presidente de la República de Guatemala.

 

Carlos Morales Monzón
Periodista y Profesor Universitario
Revista GERENCIA
cmoralesmonzon@yahoo.com

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