Iniciado el gobierno del Partido Patriota (PP), las nuevas autoridades promovieron una serie de reformas que, según ellos, buscaban mejorar los ingresos y transparentar el gasto. Así surgió la famosa Ley de actualización tributaria y
otras más. El problema es que lejos de mejorar, la situación empeoró.
Dar a conocer entre los gerentes del país los detalles de las reformas promovidas por el nuevo gobierno y sus supuestos objetivos, era sin duda algo importante y de ahí que Revista GERENCIA decidió abordar el tema en toda su plenitud.
Antonio Girón se encargó de contar a nuestros lectores cómo Pavel Centeno, entonces Ministro de Finanzas, planteaba una serie de reformas contenidas en tres paquetes que, según él, daban cuenta de la transparencia con que el PP pretendía demostrar a la ciudadanía su disposición a ser claro y eficiente con el destino de los dineros públicos. El final de la historia es conocido. Centeno terminó suicidándose y el resto del gabinete
del PP, incluido el presidente y la vicepresidente, presos o prófugos.
Ya en ese momento, uno de los puntos polémicos y delicados era el de las reformas a la Ley de Contrataciones que, entre otras cosas, incluía el aumento por compra directa de Q90 mil hasta Q200 mil.
Los cambios también implicaban subir el límite en procesos de licitación de los Q900 mil que la ley mantiene vigentes, hasta los Q2 millones. Al final, con o sin aprobación, los gobernantes hicieron lo que quisieron y todos sabemos lo que pasó.
Los tres grandes paquetes del PP eran la Ley de Regulación de Fideicomisos Públicos, la Ley Contra el Enriquecimiento Ilícito y la Ley del sistema de Planificación y Evaluación de la Gestión Pública.
Además, pedían a los diputados aprobar reformas a la Ley del Organismo Ejecutivo, Ley Orgánica del Presupuesto, Ley del Servicio Civil, Ley de la Contraloría General de Cuentas y Ley del Instituto Nacional de Estadística.
Luego de 5 años, todo lo que se vendía como un conjunto de mejoras para garantizar la transparencia, resultó ser solo la pantalla que los gobernantes pretendían imponer para que nadie sospechara de sus planes para saquear al Estado y enriquecerse ilícitamente de la forma más descarada e inescrupulosa vista en la historia del país.