El segundo al mando

El perfil del vicepresidente es casi tan importante como el del futuro presidente

Siempre que exista un capitán de barco responsable de dirigir, coordinar y controlar todas las actividades a bordo, habrá un teniente, como segundo al mando, que le ayudará con esas labores o lo sustituirá en su ausencia. Así sucede en la política con la figura del vicepresidente, quien, aunque poco se habla de su rol, posee atribuciones importantes y también cierto poder, en caso de la ausencia del presidente.

Con 17 binomios proclamados al final de febrero de 2019, y entre estos 4 integrados por mujeres para el cargo de vicepresidente, el panorama de las próximas elecciones invita a pensar en aquello que necesita el vicepresidente para ejercer de mejor manera su cargo.

Ley en mano

Según la Constitución de la República de Guatemala en el artículo 190, el vicepresidente es el funcionario de más alta jerarquía dentro del Organismo Ejecutivo después del presidente de la República, a quien sucede de manera temporal o permanente en el ejercicio de sus funciones.

Según la Carta Magna, entre sus funciones está participar en las deliberaciones del Consejo de Ministros con voz y voto, representar al presidente en actos oficiales y protocolarios o, en otras funciones, coadyuvar con el presidente de la República en la dirección política general del gobierno. Así también, participar, con el presidente de la República, en la formulación de la política exterior y las relaciones internacionales, así como desempeñar misiones diplomáticas o de otra naturaleza al exterior.

También preside el Consejo de Ministros y los órganos de asesoría del Ejecutivo, en ausencia del presidente de la República.

Cualidades imprescindibles

Para la consultora CGL, el vicepresidente debe contar con un alto sentido de la ética y vivir los valores de integridad y honestidad. “También debe ser una persona con destacadas características de liderazgo, influencia y negociación, además de poseer visión estratégica; es decir, entender de manera holística, el país que anhelamos”.

Los directivos de CGL agregan que, quien ocupe el cargo de vicepresidente en un futuro deberá ser garante de la defensa de la honestidad, integridad y transparencia en el que hacer de lo público. “Debe mantenerse lo más cerca posible de la realidad del país y alejarse de las roscas. Además, debe evitar el acomodamiento que produce el poder, y nunca olvidar que ha sido electo para servir a los mejores intereses de los guatemaltecos”.

Por su parte Moisés Jerez, decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, de la Universidad Mariano Gálvez, indica que el vicepresidente debe anteponer los intereses del Estado a cualquier interés personal, con calidad de servicio, consciente de promover las acciones de sus funciones con total responsabilidad de sus actos.

“Es importante saber delegar con un equipo que posea los mismos valores para alcanzar los objetivos trazados y superar las expectativas con total honestidad y transparencia”, agrega Jerez.

El académico recomendaría al futuro vicepresidente que se involucre en todo lo que le corresponde como funcionario, que posea el carácter de afrontar los problemas de Estado y se encamine a la planificación de más empleos y menos pobreza, más educación y menos desigualdad social.

 

No es una figura más

Rafael Briz Méndez, presidente de la Asociación de Cámara de Comercio Binacionales y de la Cámara Oficial de Comercio Española, afirma que el vicepresidente debe de ser un estadista; es decir, un experto en asuntos del Estado que esté por encima de cualquier tema partidista y que su único objetivo sea la búsqueda del bien común y el desarrollo del país.

El directivo expresa que, el cargo de vicepresidente no es solo un espacio necesario que debe ocuparse. “Recomiendo que no sea una figura decorativa que pase sin pena ni gloria, sino que sea un funcionario proactivo, involucrado con seriedad en las cosas del Estado, un verdadero apoyo al presidente en la ejecución de las políticas públicas”, agrega Rafael Briz.

 

Mayor comunicación

Luis Assardo, consultor de Comunicación Digital, va más allá de las características descritas en la Constitución, ya que afirma que el vicepresidente debe contar con un perfil proactivo, de cercanía a la ciudadanía, con capacidades de liderazgo en momentos de crisis y comunicación asertiva. “El vicepresidente podría desempeñar un rol en la comunicación del gobierno con la ciudadanía por vía directa (Internet) y a través de la prensa”, agrega Assardo.

“Actualmente en Comunicación Digital, una de las claves para cualquier funcionario de alto nivel es el manejo apropiado de sus espacios en Internet, la gestión eficiente de su huella digital y la proyección que él muestre frente a sus audiencias/seguidores”, indica el experto en comunicación digital.

“Las mejores prácticas incluyen un manejo de imagen preestablecido, un manual de estilo para el funcionario o quien le maneje sus cuentas y la transparencia. La comunicación digital debe acercarlo a la gente y no crear una barrera o rigidez”, agrega Assardo.

El consultor recomienda también contar con un plan de manejo de crisis ajustado a sus necesidades. Ya que, “un buen manejo le asegura prevenir cualquier situación incómoda o resolver pronto cualquier eventualidad”, finaliza Assardo.

 

Pedro A. Barrera
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

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