El storydoing y sus aplicaciones
En el mundo, saturado de estímulos visuales, auditivos y sensoriales en que vivimos, los especialistas en marketing han tenido que sobrevivir con apuestas innovadoras que hacen que los productos vayan destacando dentro de una exuberante competencia.
Es así como, hace varios años la apuesta por la publicidad moderna descubrió que los relatos emocionantes persuadían al consumidor. Entonces nació el storytelling, que es el arte de contar una historia y con ello conectar a los usuarios con el mensaje que se está transmitiendo a viva voz o por escrito.
Sin embargo, con el correr del tiempo, el contar historias ya no es suficiente. Los especialistas en marketing han querido ir más allá de esta conexión emocional y única, porque consideran que la gente ha estado expuesta por mucho tiempo a consumir vídeos, charlas, anuncios y películas en donde se narran historias emotivas, recuerdos o ideas que dejan huella, pero que al final ya no impactan, porque estamos demasiado acostumbrados a ellas. A esto se suman las fake news, que nos hacen creer que todo puede estar manejado.
Por ello, los magos de la mercadotecnia han decidido dar un paso más allá y apostar por el storydoing, que trata de convertir esas grandes historias en sucesos tangibles. Eso significa, lograr que los consumidores se involucren en la historia, participen de ella y así perciban los valores de la marca. Un ejemplo fue realizado por Nivea, quien creó una campaña para concientizar a los niños sobre la importancia del uso del protector solar.
La compañía detectó que los pequeños se molestaban cuando les aplicaban protector solar. Por ello, recurrieron al storydoing, que los llevó a diseñar un muñeco sensible a los rayos del sol. En una playa, regalaron estos muñecos a los niños, quien comprobaron que al exponerlos al sol cambiaban de color, y que al aplicarles protector recuperaban su tono. Fue así como lograron que los mismos niños comprobaran que el producto es necesario para evitar los efectos negativos del sol sobre la piel. Con ello experimentaron el valor de la marca y la importancia de cuidar la piel. Puedes ver el comercial en https://www.youtube.com/watch?v=StvAe98BfwY
Un ejemplo más fue la creación de Coca Cola, quien diseñó una máquina de la amistad de tamaño gigante que ofrecía las bebidas a 2×1, pero con el inconveniente de que la promoción se podía activar solo en equipo, por la altura del botón. El vídeo permite ver cómo las personas se divertían entre amigos para hacer clic y así obtener los refrescos. Puedes ver el comercial en https://www.youtube.com/watch?v=MKDHhxCMgcw
Sin duda, las actividades que involucran personas son más fáciles de recordar y viralizar. Pero, que sean los propios usuarios los que experimenten los valores de una marca hará que se conviertan en promotores de sus beneficios. Algo parecido al trabajo de los influencers, con la diferencia que a ellos no se les paga por hablar de las bondades. Lo hacen porque quedaron encantados con los resultados y esto genera mayor credibilidad. Es así como concluimos que, un buen storytelling puede enriquecerse con un storydoing. Es como hacer que la historia pase de ser contada a ser vivida.