Fases de la pandemia, ¿en cuál se ubica Guatemala?

Las medidas impuestas por las autoridades han sido vitales para contrarrestar la pandemia, pero también se necesita de la colaboración de los ciudadanos

Las pandemias conllevan un proceso que, a juicio de expertos basados en estudios epidemiológicos, ha sido calculado matemáticamente por fases. Cada una cuenta con características propias que requieren determinados controles para llegar con éxito a la recta final. En el caso de la crisis provocada por el virus SARS-CoV-2, que retó a la humanidad con el contagio de Covid-19, los analistas identifican seis etapas.

Preparación. La primera fase se presenta cuando se sabe del virus en otras regiones y se alistan los países para la posible llegada de casos: se construyen o adaptan hospitales de emergencia y se crean protocolos sanitarios en las fronteras y aeropuertos.

Los primeros casos de coronavirus en el mundo surgieron los últimos días de diciembre de 2019, en la ciudad de Wuhan, en China. Sin embargo, la alerta mundial se dio el 20 de enero, cuando el país asiático declaró la emergencia a raíz del brote. En los primeros días de marzo, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) de Guatemala comenzó a preparar el hospital de Villa Nueva, como centro de cuarentena para atender los casos de coronavirus, y se procedió a la toma de temperatura a los pasajeros de los vuelos entrantes.

Contención. La segunda fase aparece junto con los primeros casos importados de personas contagiadas que vienen del extranjero. Aquí se dictan protocolos de aislamiento y las primeras medidas de prevención para evitar el contagio, como el lavado de manos, el distanciamiento social, la prohibición de reuniones masivas, el cierre de escuelas o la promoción del trabajo a distancia.

El primer caso de Covid-19 llegó a Guatemala el 13 de marzo desde Italia, se trató de un guatemalteco que estuvo de vacaciones en el norte de ese país. Días antes, el mandatario había declarado estado de Calamidad; se habían extremado las medidas en puertos, aeropuertos y fronteras; habían quedado suspendidas las clases; se prohibieron las actividades de más de 15 personas y se activaron protocolos de seguridad e higiene ocupacionales en lugares públicos. El 21 de marzo se inauguró el hospital temporal en el Parque de la Industria y un día después fue anunciado el toque de queda parcial de las 16:00 horas hasta las 4:00 horas del día siguiente.

Contagio comunitario. Una tercera fase de la pandemia se da cuando aparecen casos locales de personas que no han estado en contacto directo con casos importados. Esto es porque el virus ya está presente en la comunidad y circula activamente de persona a persona. En esta fase la cuarentena es obligatoria.

En el país, el primer caso comunitario brotó el 4 de abril, en Patzún, Chimaltenango, tiempo en que se ampliaron las medidas de prevención, para entonces adicional a la cuarentena obligatoria y al toque de queda, se ordenó un cordón sanitario a cargo de los ministerios Gobernación y Defensa y desde el 13 de abril se impuso el uso obligatorio de la mascarilla, medida que podría durar varios meses. A esa fecha, se reportaban 60 casos, 2 fallecidos y 12 recuperados.

Transmisión sostenida. En la cuarta fase, el virus se dispersa y el número de casos crece exponencialmente. Es cuando se espera el mayor número de casos positivos, según analistas es el momento en el que se encuentra Guatemala. En este punto se recomienda mantener la restricción de la movilidad de las personas para evitar el aceleramiento de la curva y seguir siendo rigurosos en las medidas recomendadas para una crisis sanitaria de esta magnitud.

Al 21 de mayo, Guatemala reportaba 2,265 casos positivos, 45 fallecidos y 159 recuperados. El toque de queda se modificó de 5 a 5, se cerró el país fines de semana y comenzó la primera fase de reapertura de servicios, como algunas plazas comerciales, a las que se les exige rigurosidad en las medidas sanitarias para operar.

En esta fase como en todo el proceso, es importante que las personas continúen con las medidas de prevención para impedir la propagación del virus. Lejos de relajarse, es el momento de quedarse en casa y salir solo por lo estrictamente necesario, y ser firmes con los protocolos de limpieza tanto del hogar como de las personas que lo habitan. Y para quienes tienen que laborar, es indispensable que exijan la provisión de ambientes libres de riesgos, con todas las medidas de bioseguridad y los controles sanitarios recomendados por la OMS. Esta es la única forma de pasar con éxito a las siguientes dos etapas.

Recuperación. En la quinta fase, los países deben seguir respondiendo ante las autoridades internacionales respecto a los esfuerzos por contener la enfermedad, de la cual se tiene cada vez más conocimiento.

Salida del brote. En la sexta fase se espera la mayor respuesta a nivel mundial en términos de salud, pero a la vez la OMS recomienda liderar y coordinar los recursos multisectoriales para mitigar las repercusiones sociales y económicas, producto de la pandemia, para satisfacer las necesidades humanitarias.

Manténgase alerta
Estas fases ilustran un proceso normal en el manejo de la pandemia. Sin embargo, hay países en donde se han dado alteraciones cuando las medidas de prevención no se cumplen y los casos se salen de control o se dan rebrotes. Como ejemplo, podemos mencionar a Ecuador, Italia o China, que mostraron cifras de contagio verdaderamente inquietantes, para las que ningún sistema de salud estaba preparado.

En Ecuador, por ahondar en un ejemplo, a tan solo mes y medio del primer caso de coronavirus, el gobierno decretó duelo nacional en honor a las 6,703 víctimas mortales, datos estimados, ya que, según informes de la prensa internacional, las autoridades ni siquiera lograron cuantificar los decesos. En promedio, se calculaban unas dos mil muertes por mes. Junto a la crisis sanitaria se desató una conflictividad política y un deterioro económico sin precedentes, que puso en aprietos a las autoridades.

Todo ello nos lleva a reflexionar en que, tan importantes son las medidas impuestas por cada gobierno, como la disciplina de los ciudadanos en cumplirlas. Porque, aunque somos humanos y muchas veces nos arriesgamos a cometer errores, en este caso se trata de la salud y de la lucha contra un virus que al 20 de mayo ha alcanzado la cifra de 5,047,377 infectados y ha cobrado la vida de 329,816 personas.

Ileana López
Directora
Revista GERENCIA
gileana@agg.com.gt

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