Planes de Gobierno, lo que no debe faltar en las ofertas políticas

Sin planes concretos de gobierno, ningún país avanza. Por eso, los guatemaltecos debemos exigir a quienes participan en la contienda electoral, que presenten propuestas formales, claras y concretas de cómo resolverán los grandes problemas de la nación

Guatemala está en un momento crítico. Las quejas contra las deficiencias administrativas del gobierno de Jimmy Morales se incrementan, casi al mismo ritmo que las que se suceden contra la clase política en general. Pero la situación resulta preocupante, si se toma en cuenta que se está a las puertas de un proceso electoral en el que muchos han plasmado sus esperanzas de cambio, sin que a sus ojos y oídos aparezcan figuras nuevas y planteamientos convincentes para generar esa transformación necesaria para el país.

A no ser por unas que otras figuras, las caras siguen siendo casi las mismas de la anterior contienda. Y de planes de gobierno, ni hablar. Hasta el momento, ninguno ha dicho esta boca es mía. Casi todos han comenzado como siempre, con listados de buenas intenciones sobre los problemas que ya sabemos que existen, pero que nadie nos ha dicho, ni dice hasta el momento, cómo piensa solucionarlos.

A este país le urgen planteamientos serios, planes de gobiernos bien formulados con acciones concretas para terminar con sus males. Por años, los guatemaltecos hemos escuchado discursos partidistas sobre lo que todos sabemos que hay: desempleo, inseguridad, mala educación, pésimos servicios de salud, niños desnutridos, reducida inversión local y extranjera, empresarios a los que no se les brindan condiciones para ser más competitivos, falta de infraestructura adecuada.

Todo ello lo sabemos, existen diagnósticos de diagnósticos, o lo que muchos llaman un país sobre diagnosticado. El problema es que nadie nos dice qué hacer para solucionar los problemas y a los que nos lo dicen no les ponemos asunto. Y los políticos, que son los primeros llamados a ofrecernos esos planes, se enredan en otros menesteres.

De esa cuenta, en Revista GERENCIA creemos que Guatemala merece planes de calidad para sacarnos, primero a flote y luego hacia adelante. Esos planes debieran estar centrados en cuatro ejes fundamentales que le darían a la nación estabilidad social, política y económica, para así poder comenzar con paso seguro el camino hacia el crecimiento y el desarrollo sostenibles.

De lo contrario, seguiremos sumidos por siempre en el pantano del subdesarrollo, mientras solo algunos se benefician de las múltiples riquezas de una nación con recursos suficientes para generar oportunidades para todos los que trabajen en la búsqueda del bien común, como lo manda la Constitución Política de la República.

Desarrollo Social

Dicen los expertos que, para que un país se lance a la senda del crecimiento y el desarrollo sostenible debe comenzar por mejorar las condiciones de sus habitantes. Eso significa, mejorar los indicadores humanos más importantes para el desarrollo social.

Sin nutrición no hay niños saludables, sin salud no hay niños con capacidad física y mental para educarse adecuadamente, y sin educación no habrá oportunidades reales de crecimiento económico, pues seguiríamos fomentando modelos arcaicos de subsistencia.

Un plan de gobierno moderno y bien intencionado no debe dejar de contar con el componente del desarrollo social. Así, se deben plantear acciones para terminar con la desnutrición crónica que afecta a casi la mitad de los niños menores de 5 años. Por eso es por lo que organizaciones como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) insisten tanto en el desarrollo de programas que busquen erradicar el flagelo de la desnutrición, y así vengan niños con mayores capacidades para desarrollar sus habilidades físicas y mentales.

Pero el interés político en estos temas está a la vista. Un crédito por US$100 millones otorgado por el BM recién ha sido aprobado por el Congreso. Pero, para ello debieron pasar varios años y llegar al extremo de estar al borde de perderlo, pues los políticos que habitan el Congreso de la República les dieron siempre prioridad a otros temas, menos a los que, como el Programa Crecer Sano, como se le conoce a ese crédito internacional, buscan a través de acciones claras y concretas atacar los males que deben erradicarse en el país.

Algo similar pasó con otro crédito por US$150 millones que se aprobó en 2018, pero que también estuvo a punto de perderse. Este está destinado a mejorar las condiciones educativas de los niños de preprimaria y primaria, dotándolos de mejor infraestructura, docentes más capacitados, bibliotecas y otras herramientas que sirvan para elevar sus niveles de aprendizaje y acumulación de conocimiento.

Esos pésimos resultados de las evaluaciones a graduandos, en las que se demuestra el bajo nivel de educación que reciben, reflejado principalmente en las áreas de matemática y lenguaje, deben pasar a la historia. Y eso solo se va a lograr con acciones concretas y no con aumentos de salarios para los docentes que, aunque muchos se lo merecen, no resuelven el problema ni mejoran los niveles educativos de la población en edad escolar.

Comunicaciones e Infraestructura

Alcanzar crecimiento económico y desarrollo, luego de mejorar la capacidad del elemento humano, requiere de una mejora notable en las comunicaciones y la infraestructura del país.

Más y mejores carreteras son necesarias para facilitar el transporte de mercancías, disminuir los costos de producción y así hacer más competitivos a los micros, pequeños y medianos empresarios vinculados con la producción agrícola, que representa un buen volumen de la generación del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Todo mundo sabe que mientras más accesibles sean los mercados, más oportunidad tendrán muchos para comercializar sus productos y colaborar con la economía global, pero también con su propia economía doméstica; es decir, vivir mejor.

En el Congreso, por ejemplo, se discute una Ley de Infraestructura. Nadie puede negar la importancia de este tema para el crecimiento económico y el desarrollo de una nación. Por eso deben seguirse promoviendo legislaciones que faciliten la inversión y que hagan menos complicado el sistema impositivo, por mencionar temas que actualmente son problemáticos para la población.

El desarrollo de las áreas urbanas, a través de la promoción de ciudades intermedias es otro punto que debe tomarse en cuenta en la promoción de la infraestructura, pues deben generarse las condiciones necesarias para que las ciudades ofrezcan a los ciudadanos condiciones dignas para vivir y trabajar. Se debe apuntar a menos congestionamientos, más vivienda vertical y espacios suficientes para parqueos, pues solo así habrá mejores condiciones para los ciudadanos.

Fuente de desarrollo

Sin duda alguna, un tema importante para un plan de gobierno moderno y con visión futurista es el del desarrollo energético. La energía es el motor del desarrollo y del crecimiento económico. La maquinaria industrial, la iluminación artificial y muchos otros aspectos de la actividad productiva como las computadoras, las tabletas o los teléfonos inteligentes, funcionan a base de energía.

Producir la necesaria es un tema que no puede dejarse de lado y más cuando el crecimiento poblacional se avizora rápido y abrumante. Así, la necesidad de mayores cargas de energía para abastecer a las grandes ciudades que, se prevé, deben desarrollarse, debe ser una prioridad.

Por eso hay que trabajar en planes que permitan la explotación sostenible de los recursos naturales, pues tampoco se trata de agotarlos ya que eso solo nos daría un crecimiento temporal. Se debe trabajar en programas de desarrollo integrales de largo plazo y ello debe incluir el buen tratamiento y mejor manejo de los recursos naturales, los que faciliten el funcionamiento de tecnologías eficientes, pero también garanticen la sostenibilidad de los recursos naturales y las fuentes renovables de energía.

Crecimiento económico

Por último y no por ello menos importante, está el planteamiento de planes económicos de largo plazo. Sí. Una vez alcanzados los propósitos anteriores, establecer programas de crecimiento económico es algo trascendental que le dará fortaleza al desarrollo de la nación.

Dando facilidades de transporte, mejores sistemas de comunicación, mano de obra más calificada y garantías de operación para el funcionamiento de las nuevas tecnologías, la inversión extranjera no solo vendrá sino crecerá a pasos de gigante.

Todo ello permitirá mejorar sistemas de producción y generar mejores indicadores que nos brinden, como país, una mayor competitividad ante el conjunto de las naciones. Legislaciones que faciliten la inversión, garanticen sistemas de operación y eliminen los monopolios, pero a la vez faciliten la subsistencia del empresariado local frente a la dura competencia extranjera, son parte de un paquete que no deben estar fuera de cualquier plan de gobierno.

Estos son los cuatro pilares fundamentales que, según GERENCIA, no deben faltar en cualquier propuesta partidista que busque gobernar este país. Y aunque contengan muchos otros temas vinculados a los propios intereses de cada agrupación, estos cuatro ejes deben formar parte de sus planes, pues solo incluyéndolos y ejecutando acciones concretas en torno a ellos, un gobernante podrá decir que está involucrando al país en la senda del crecimiento y el desarrollo sostenibles.

Todo en la vida tiene una lógica y estos cuatro temas son un ejemplo innegable de ello. Si partimos del desarrollo social, a través del cual se forma recurso humano de calidad, sin duda alguna estaremos empezando con buen pie. De lo contrario, nada de lo que se haga tendrá lógica ni sentido. El siguiente paso será la creación de infraestructura y sistemas de comunicaciones de alto nivel, que facilite la movilización de los pobladores, pero sobre todo la movilización de mercancías de los productores de los más recónditos sitios del país. Si ellos contribuyen a generar oferta comercial de mayor y más alta calidad, vamos a ayudarlos a crecer, de esta forma ellos aportarán también al crecimiento de la nación y contribuirán a la calidad del consumo interno, pero también de la oferta exportable.

Sin crecimiento y desarrollo para el sector productivo, tampoco habrá crecimiento y desarrollo para la economía doméstica

Esta parte está muy vinculada con el desarrollo energético, pues se trata de una política de buen y mejor manejo de los recursos naturales para garantizar la producción de energía, vital para el funcionamiento de la industria y el transporte. Si se logra mejorar la competitividad de esta parte de la economía, no solo se garantizarán menores costos de producción, sino también la sostenibilidad de los recursos naturales en el largo plazo, como fuente principal de la matriz energética del país.

Y todo ello en conjunto será el trampolín para que pueda ejecutarse un plan de crecimiento y desarrollo económico, que sirva para mejorar las condiciones generales de los habitantes de la nación, porque sin crecimiento y desarrollo para el sector productivo, tampoco habrá crecimiento y desarrollo para la economía doméstica de los ciudadanos.

Pero lograr que los partidos políticos armen programas de gobierno con estas características, solo podrá ser posible con la presión de todos, con la exigencia ciudadana de querer escuchar ofertas reales, conscientes y concretas, que puedan ser comparadas unas con otras para escoger la mejor al momento de la elección.

 

Carlos Morales Monzón
Periodista y Profesor Universitario
Revista GERENCIA
cmoralesmonzon@yahoo.com

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