Reformas constitucionales: una reflexión desde la Ciencia Política


EDUARDO FERNÁNDEZ

Guatemala afronta en el futuro una reforma constitucional que pondrá a su sistema político contra las cuerdas en caso de fracaso. Esta democracia desconocida, joven y debilitada por la falta de eficiencia y eficacia para implementar y evaluar políticas públicas y los problemas de comunicación entre la ciudadanía y las instituciones del Estado, encara el reto de mejorar su arquitectura político-institucional.

El actual Gobierno de la República pretende llevar a cabo dicha modificación para mejorar el funcionamiento cotidiano del Estado y ayudar a revertir la imagen negativa que las principales instituciones del país tienen en este momento.

¿Qué podemos aprender de otras experiencias de reforma constitucional? ¿Qué herramientas existen en la ciencia política actual para aconsejarnos en estas aventuras? Desde un óptica estrictamente politológica, el estudio de la producción académica del profesor italiano Giovanni Sartori puede ser de gran utilidad para el Gobierno y para todas aquellas personas interesadas en desarrollar una opinión alrededor de la reforma constitucional.

Sartori es uno de los grandes teóricos de la democracia. A lo largo de su obra el profesor florentino ha mostrado cómo deben ser llevadas a cabo las reformas constitucionales y qué elementos debemos tomar en cuenta cuando un sistema político encara este tipo de reto.

¿Qué enseñanzas podemos extraer de la teoría general sobre la democracia edificada por el profesor Sartori? En primer lugar, tranquilidad. Las reformas no deben ser realizadas apresuradamente. Los cambios son gradualistas, poco a poco, reflexionados y serenos. No se pueden proponer cambios alocados, porque al intentar mejorar el sistema político con el que interactuamos podemos generar más inestabilidad y conflictividad de la que ya sufrimos.

En segundo lugar, viabilidad. De nada sirve proponer transformaciones dentro del sistema que sabemos son imposibles de implementar por razones técnicas, económicas o humanas. Las modificaciones constitucionales deben estar pensadas para ser puestas en práctica.

El  proyecto de reforma debe realizar un análisis de los costos que dichas transformaciones implican. Ser conscientes de los medios a disposición, es fundamental a la hora de promover un proceso de reforma. Tenemos que conocemos a nosotros mismos, analizar puntillosamente nuestros recursos y ser lo más eficiente en el manejo de los mismos.

La tercera variable a tener en cuenta es la sencillez. Los sistemas políticos democráticos necesitan del apoyo de la población que los sostiene. Para que dicha población defienda y legitime su sistema político primero debe conocerlo, entenderlo. La compresión de la democracia por parte de la ciudadanía es fundamental para su supervivencia. El proyecto de reforma debería facilitarle las cosas al ciudadano.

Lo anterior puede ayudar a que el Gobierno diseñe un mejor camino para implementar su reforma constitucional y para que, como ciudadanos, participemos y aconsejemos a nuestras autoridades sobre cómo gestionar y estabilizar un proceso tan vital para el país.

 

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