Un paso en el buen camino

La inseguridad continúa siendo la piedra en el camino a la competitividad

La inseguridad y la delincuencia son los principales obstáculos al avance económico. Los empresarios también señalan la corrupción, la oferta inadecuada de infraestructura y la burocracia, entre otros.


Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de Fundesa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De acuerdo con el académico estadounidense Michael Porter, la competitividad es el conjunto de políticas, instituciones y factores que determinan el nivel de productividad de un país. Como resultado, depende de la integración de las instituciones y organizaciones que conforman el Estado.

La más reciente edición del Índice de Competitividad Global nos mostró que todavía estamos lejos de alcanzar esa meta. Guatemala se situó en el puesto 83 de 144 países evaluados, lo que significa que mejoró un lugar con relación al año pasado.

Pero el avance se relativiza más porque este año, el indicador, elaborado por el World Economic Forum (WEF) sumó dos países más que el año pasado.

Sin embargo, hay optimismo. Juan Carlos zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa) cree que, aunque fue solo un lugar de avance, estamos un poco mejor que el año pasado en competitividad. Paso a paso se alcanza el triunfo, como decía Reinaldo Merlo, conocido entrenador argentino de fútbol.

Pero la inseguridad y la delincuencia son todavía los principales obstáculos al avance económico guatemalteco. Los factores que los empresarios juzgan los más problemáticos para hacer negocios son: crimen y robo, 25.5%; corrupción, 17.1%; oferta inadecuada de infraestructura, 10.6%; burocracia e ineficiencia gubernamental, 9.4%; fuerza laboral poco educada, 7.6%, y regulaciones fiscales, 6.8%.

A mediados de julio pasado, el gobierno guatemalteco recibió un préstamo de US$29 millones, de parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para apuntalar la débil competitividad de las estructuras estatales. El dinero debe servir para financiar la Agenda Nacional de Competitividad.

El asunto trasciende lo meramente público y se instala más dentro del quehacer privado. A fin de cuentas, el gobierno debe ser generador de condiciones adecuadas para que los empresarios y emprendedores hagan sus tareas, una de las cuales y no la menor, es generar empleos.

Sin embargo, la labor gubernamental es absolutamente clave en todos los aspectos que le conciernen, pero particularmente para ayudar a generar un buen clima de negocios. Este es el ambiente en que se han de desarrollar las tareas productivas de la sociedad, que son la base material para el desenvolvimiento de otras actividades humanas.

La región

En Centroamérica hubo dos países que hicieron mejor la tarea que el nuestro. Panamá avanzó nueve posiciones en el indicador y se ubica ahora en el lugar 40, mientras que Costa Rica mejoró cuatro puestos y queda en el 57. Detrás de Guatemala no hubo buenas noticias: Honduras es puesto 90, El Salvador es el 101 y Nicaragua, el 108.

Preocupa especialmente el caso salvadoreño, no solo por la manifiesta caída de sus potencialidades competitivas, sino porque se trata de uno de los más importantes socios comerciales individuales de Guatemala. Es el país centroamericano que más competitividad ha perdido, debido a un deterioro de sus instituciones, un clima macroeconómico más complicado y pérdida de eficiencia en su mercado laboral, señala el estudio de Fundesa.

Las ventajas competitivas que la Fundación ha encontrado para Guatemala se resumen en las siguientes: suscripción de telefonía móvil, solvencia del sistema bancario, Índice de Derechos Legales, cooperación en las relaciones patrono-colaborador y precios razonables de los servicios financieros.

El World Economic Forum presenta anualmente el Índice de Competitividad Global, que evalúa a 144 países.

Pero hay barreras que estorban la capacidad productiva del trabajador y el empresario guatemaltecos. La principal, según el indicador, es la delincuencia, pero también inciden notablemente la corrupción, la oferta inadecuada de infraestructura, la burocracia y la ineficiencia gubernamentales, una fuerza laboral con escaso nivel educativo y las regulaciones fiscales.

Como elemento esperanzador, Guatemala está a media tabla de los países que han tratado de hacer los deberes en competitividad, aunque en el Istmo nos superan, en cumplimiento, Panamá, Honduras y Nicaragua.

“Se está trabajando en una agenda para eliminar los cuellos de botella para hacer negocios en el país y se está trabajando de la mano con el Ministerio de Economía y Fundesa en una agenda para mejorar en el Índice Doing Business, que sin duda tendrá un efecto positivo en la próxima evaluación del índice de Competitividad Global”, afirmó el comisionado presidencial de Competitividad e Inversión, Juan Carlos Paiz.

Los altibajos han sido una constante en la participación guatemalteca en algunos indicadores de productividad y competitividad. Podemos destacar que este año ha mejorado posiciones en el Índice Internacional de Derechos de Propiedad y en el Índice de Desempeño Ambiental, pero descenso en el Informe Global sobre Tecnologías de la Información y Comunicación.

En el Doing Business, Guatemala ocupó el puesto 97 de 183 países evaluados; está en el sitio 82 de 179 en el Índice de Libertad Mundial, y en el 50 de 144 países en el Informe sobre Libertad Económica en el Mundo, todos correspondientes a este año.

El Índice de Competitividad Global lo prepara el WEF, cuya sede es la ciudad helvética de Ginebra. Para los indicadores del caso guatemalteco se apoya en la encuesta ejecutiva de opinión de competitividad que realiza Fundesa, además de información estadística oficial.

“En 2013 mejoraremos sin duda. Nuestra meta es estar por arriba de Costa Rica”, comentó Paiz. Una expectativa que debe cimentarse en ejecutar muchas tareas pendientes.

Antonio Giron
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.org.gt

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