¿Habrá cambios con Biden?

Analistas aseguran que el nuevo gobierno estadounidense mantendrá inalterables sus relaciones de intercambio con Guatemala y Centroamérica

«Ayer, los electores (del Colegio Electoral) se reunieron en 50 estados y desde esta mañana nuestro país tiene oficialmente un presidente electo», dijo el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell en un discurso en el pleno la mañana del martes 15 de diciembre. «Así que hoy quiero felicitar al presidente electo, Joe Biden», agregó.

De esta forma, uno de los políticos republicanos más importantes del país zanjó una disputa que puso en jaque a la democracia más antigua del mundo y que, paradójicamente, ha sido impulsada por otro que juró defenderla al tomar posesión como presidente hace cuatro años: Donald Trump.

Ahora que el Colegio Electoral de Estados Unidos definió la situación, se abre para los países de América Latina un nuevo escenario, que quizá viva sus mayores desafíos en las áreas política y diplomática, pues en los aspectos comerciales no se esperan mayores cambios.

La administración de Trump mantuvo inalterables las condiciones de intercambio entre su país y los de Centroamérica, con los cuales hay un acuerdo comercial firmado hace más de una década.

No se espera que los demócratas impulsen reformas en ese sentido, aunque “remesas y migrantes seguirán mandando, estará la relación con México y qué van a hacer con el Triángulo Norte, por la vocación más internacionalista y multilateral de los demócratas”, afirma el analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) y catedrático universitario Hugo Maúl.

“Uno de los cuatro pilares de Biden para el Triángulo Norte es movilizar inversión privada a la región a través de aliados como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, además del apoyo directo gestionado desde Estados Unidos en la modernización de aduanas y puertos, inversión en infraestructura y generación de electricidad”, señala, por su parte, Paola Álvarez, gerente de Promoción Comercial y Acceso a Mercados de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport).

El Triángulo Norte de Centroamérica lo conforman los tres países más septentrionales del Istmo: Guatemala, Honduras y El Salvador.

Para el analista político Édgar Gutiérrez, en lo comercial no habría mayores diferencias. “Guatemala es un mercado muy marginal para Estados Unidos. Tal vez en materia de cooperación y tareas del Estado y ayudas a pequeños productores pueda haber cambios. El problema entre Estados Unidos y China no va a cambiar, incluso los demócratas serán más severos, lo que abriría oportunidades de inversión en maquila textil, ensamblajes y otras áreas”, afirma el excanciller de la República.

Las oportunidades para Guatemala se centran en identificar los intereses del país aliado y sobre ello prepararnos como país para que esas oportunidades puedan aprovecharse, asegura Álvarez.

La ejecutiva añade que, ese estímulo de atraer las miradas hacia el Triángulo Norte debe tener capacidad de respuesta por parte de esos tres países, lo que no corresponde a Estados Unidos, “y que es estar listos y adecuar competitivamente las condiciones para que un extranjero invierta, coinvierta, cree empleo y lleve el desarrollo a las áreas rurales de los países”.

Los migrantes
Los centroamericanos que emigran a Estados Unidos en busca de las oportunidades laborales de que no gozan en sus países también forman parte de la preocupación de los analistas.

“Con lo migratorio, esperaríamos alguna mejora, pero sin grandes expectativas, porque antes, durante el gobierno de Obama (2009-2017), los demócratas fueron más callados, pero más duros con los migrantes”, asegura Maúl.

Gutiérrez, por su parte, espera un giro en la política migratoria del nuevo presidente. Esta, afirma el excanciller, será menos agresiva y más dialogante, y permitirá regularizar a los migrantes centroamericanos, “lo que abre una oportunidad para negociar una política migratoria de más largo alcance que se convierta en un círculo virtuoso de desarrollo”.

En el camino, sin embargo, puede haber sombras, enfatiza Maúl. “Después de la expansión del gasto, la deuda y el déficit de hace diez años, Estados Unidos está llegando a un nivel peligroso. El gastar tanto impactaría al mundo entero”, advierte.

Carlos Tárano
Periodista
Revista Gerencia
editorialgerencia@agg.com.gt

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