Ver las necesidades y las soluciones en conjunto

Otilia Lux se ha dejado interpelar por el entorno y ha propuesto soluciones desde la cultura


Otilia Lux de Cotí, directora

del Foro Internacional de Mujeres
Indígenas y exministra de cultura.

Mujer maya k’iche’, lideresa y política son, en este caso, más sustantivos que adjetivos. Cuando era niña un tío le vaticinó a Otilia dos cosas en su natal Santa Cruz del Quiché, Quiché: serás una gran maestra y volarás mucho. Años después, como estudiante de administración educativa en la universidad Rafael Landívar, una señora ofreció leerle la mano a lo que accedió más por presión de grupo que por convicción. “Volarás mucho, serás una persona muy importante y aportarás al país”, fue el mensaje. A lo largo de su vida, Otilia Lux de Cotí, casada y madre de dos hijas y un hijo ha aprendido y ha aportado aunque no siempre haya sido fácil. Recuerda, por ejemplo, cómo en la secundaria no pudo usar su traje regional porque era visto como un elemento que le quitaría prestigio al centro educativo estatal.

Durante su juventud participó tanto en actividades de la iglesia católica como culturales y deportivas. Esta participación le orientó a tomar conciencia de su entorno, pero también la ubicó socialmente como un personaje al que había que vigilar. Durante los años del conflicto armado interno aprendió a “hablar en voz baja” como estrategia para no llamar la atención. El conflicto golpeó a todas las familias de El Quiché, ya sea por secuestro o por asesinato. En su caso, su padre fue asesinado.

Su conciencia de ser mujer k’iche’ es algo fundamental para su vida que le ha permitido ver las necesidades en conjunto y en comunidad y optar por hacer una participación activa. “Nosotros mamamos comportamientos comunitarios y colectivos. A nosotros se nos dice que somos parte de una familia, no que somos individuos”. Parte de la cosecha, dice Otilia, debe ser distribuida entre toda la familia. “Aprendimos”, añade, “que se debe ser cabal, transparente y justo con todos. Que no se le puede robar a nadie ni un solo centavo”, y eso se aprende cuando se pesan los granos en el almud. “No se le da a nadie ni un grano más, pero tampoco ni un grano menos”, señala. Sin embargo este sentido comunitario se pierde al llegar a la escuela porque ésta ha sido incapaz de dialogar con la comunidad.

Otilia Lux optó por participar políticamente desde la institucionalidad del Estado y es por eso que aceptó ser parte de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, la instancia que documentó en 12 tomos lo ocurrido en el conflicto armado interno. De esta experiencia ella rescata que, “cuando hay un problema nacional no deben tomarse las armas jamás, sino buscar mecanismos humanísticos que permitan ver el problema y las soluciones «. Señala que los diálogos deben ser abiertos y francos, y que debe utilizarse la razón para no cometer crímenes de lesa humanidad.

De igual manera fue la primera mujer indígena que ejerce el cargo de ministra de cultura, puesto al que llegó con muchos retos. “Era un ministerio que estaba por cerrarse y en el que cada uno trabajaba por su lado”. Su mayor reto y su mayor logro a la vez fue haber formulado políticas culturales de Estado. Posteriormente, decide participar en política partidista y es electa como diputada al Congreso de la República por Winaq y con Encuentro por Guatemala.

Lux ha sido representante de Guatemala ante las Naciones Unidas en Nueva York, como experta en asuntos indígenas, y ante la Unesco, en París, como representante por Guatemala ante el consejo ejecutivo.

Actualmente, se desempeña como directora del Foro Internacional de Mujeres Indígenas, institución que trabaja en la formación de mujeres, en liderazgo y participación política de mujeres de África, América y Asia. A futuro continuará en su labor con los grupos de mujeres y con pueblos indígenas en un tema que es permanente: la defensa del territorio, “que es la defensa del agua, los bosques y la vida, como fuente de energía y de trabajo”. Además, si le queda tiempo, se dedicará a sus plantas, a leer y a caminar.

Roberto M. Samayoa
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.org.gt

También podría gustarte