Hay semillas que caen en buen terreno

Y aprovechan los recursos para dar fruto

Cuilapa, Santa Rosa, es el lugar a donde el destino condujo a Stephany Dávila cuando perdió a sus padres, a la edad de 4 años. Su hermana apenas tenía año y medio, por lo que ambas debieron comenzar una nueva vida, primero con la abuela paterna y, finalmente, con una tía paterna que les brindó su amor y el calor de un hogar.

Allí encontraron no solo unos tíos-padres amorosos, sino la compañía de tres primas, con las que crecieron como hermanas. Además, conforme las posibilidades, obtuvieron la mejor educación que se pudo y, por supuesto, un gran apoyo para realizar sus sueños.

A los 15 años, Stephany cursó el tercer grado básico en la ciudad capital. Posteriormente, se graduó de secretaria bilingüe y de licenciada en Ciencias de la Comunicación, en la universidad estatal.

Por alguna razón, desde su niñez estuvo inmersa en el tema del café: el tío que la acogió, fallecido hace varios años, era comercializador de café, y en la familia han habido productores. Quizás por ello, ha alcanzado varios logros relacionados con esta bebida aromática.


Stephany Dávila, Coffee Trader de Unex Guatemala.

Stephany cuenta que quiso estudiar agronomía en la Escuela Nacional Central de Agricultura (ENCA), pero que su abuela, quien le ha tenido las mejores intenciones, le dijo que no, “porque del café no se vive”. Aunque desistió de la idea, más adelante llegó una oportunidad laboral en la Asociación Nacional del Café (Anacafé), en donde conoció a sus mentores. “Me hicieron enamorarme más del café. Mi trabajo era promoverlo al exterior”, recuerda la joven.

Antes de Anacafé, Stephany había laborado en un call center, en donde pulió sus conocimientos del idioma inglés, también fue asistente de prensa en la Procuraduría de los Derechos Humanos. De Anacafé pasó a especializarse en el sector eléctrico, esta vez en Energuate, allí permaneció por cinco años.

En ese tiempo, Stephany se inscribió a un curso de catación, en donde conoció a un joven que le habló de una beca para estudiar una maestría de café, en Italia. Y aunque no le mandó los datos, le contó, y eso fue suficiente para que la joven buscará la oportunidad, que rechazó en primera instancia por el trabajo, pero que retomó al analizar que si no lo hacía en esa ocasión, más adelante sería difícil.

Para entonces ya no había cupo, pero tantas ganas le vieron, que de cualquier forma la institución le proveyó los recursos y la estadía para que cumpliera su sueño. Allí aprendió todas las fases del café, desde la química de los suelos, pasando por la parte económica y comercial, hasta la catación.

Al volver, los conocimientos de la maestría le dieron la seguridad de participar en The Barista and Farmer, un talent show que de 200 audiciones eligió a 46, y luego a 10 personas para vivir todas las experiencias del café en una casa en Honduras. Un ruso se llevó el primer lugar, y la guatemalteca un honroso segundo lugar, más el nombramiento como Embajadora del Movimiento Farmer.

Sin duda, el café la hizo comenzar de nuevo. Pero no se arrepiente, ya que está convencida de que estos deliciosos granos molidos le proveerán relaciones de largo plazo, así como muchas satisfacciones. En la actualidad es la Coffee Trader de Unex Guatemala, una compañía de capital nacional, salvadoreño y japonés.

Ileana López
Directora
Revista GERENCIA
gileana@agg.org.gt

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