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Tecnología social en el tablero público

La Vicepresidencia de la República lidera la Alianza CTI, un espacio para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación del país

Así como existe la tecnología, históricamente también ha existido una brecha muy marcada entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo respecto a la innovación, la tecnología y sus aplicaciones. El documento La dependencia tecnológica de los países en desarrollo, de 1973hablaba sobre la importancia de la tecnología en los procesos de industrialización, en un enunciado que sigue vigente. Textualmente decía que, en menos de dos siglos el proceso de industrialización se había extendido desde un pequeño triángulo en Inglaterra hasta el 25% de la población mundial. Pero, que el proceso había evitado el contacto con los países en desarrollo, que en ese entonces conformaban el 75% de la población mundial.  

En contraste explicaba que, los países desarrollados conformados por solo el 25% de la población mundial, alcanzaban una producción real por encima del 80%. Una productividad mayor a todas luces, respaldada por las cifras del ingreso per cápita, que en los países desarrollados era diez o doce veces mayor que el de los países en desarrollo.  

Históricamente se ha demostrado que, la tecnología ha desempeñado un rol crítico en el desarrollo económico de los países. Para Porter, uno de los factores más importantes para la competitividad internacional de un país era contar con un sistema desarrollado de ciencia y tecnología, procesos de producción de conocimiento científico, innovación y la difusión de la tecnología en el entramado productivo.   

Por su parte, algunos autores han afirmado que la diferencia de ingresos entre países en vías de desarrollo y países desarrollados depende de la brecha entre el nivel tecnológico de unos y otros. Y que solo se producirá la convergencia de ingresos cuando las empresas de aquellos adopten tecnologías avanzadas, para cerrar la brecha que nos separa. 

Innovación en Guatemala
En el Índice de Innovación Global 2020 (IIG), Guatemala ocupa el puesto 106 de 133 países evaluados a nivel mundial. Así también, ocupa la última posición de 16 países evaluados en Latinoamérica.  

Estas cifras han encendido las alarmas de representantes del sector académico (universidades y centros de investigación), sector público, sector productivo, cooperantes internacionales y sociedad civil, unidos en la Alianza Nacional de la Ciencia, Tecnología e Innovación (Alianza CTI), que surge como una propuesta para reactivar y articular los sectores que conforman el Sistema nacional de Ciencia y Tecnología (Sincyt). 

Al respecto, Guillermo Castillo Reyes, vicepresidente de la República, comenta pormenores sobre la alianza que pretende fomentar y desarrollar acciones alineadas a la ciencia y la tecnología, a efecto de estimular su generación, difusión, transferencia y utilización, en observancia a lo establecido en la Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico Nacional. “La alianza no se limita a una declaratoria, su misión es establecer macroproyectos, multi e intersectoriales, que aborden problemáticas sociales y económicas para elevar la productividad y competitividad del país”, comenta a Gerencia. 

La Constitución Política de la República de Guatemala establece que el Estado reconoce y promueve la ciencia y la tecnología como bases fundamentales del desarrollo nacional. Sin embargouno de los obstáculos más importantes para alcanzar el desarrollo científico y tecnológico es la escasa articulación intersectorial que existe entre la triple hélice del Sincyt (sector público-sector productivo-academia) y la falta de vinculación de las actividades científicas a las prioridades nacionales de país. 

La alianza propone un trabajo con visión sistémica para fortalecer la producción científica y la generación de indicadores a nivel de país sobre investigación científica, desarrollo, innovación y transferencia tecnológica.  

El vicepresidente comenta que, los indicadores de Guatemala son bajos en capital humano e investigación, infraestructura, producción de conocimiento y tecnología, sofisticación empresarial y producción creativa. Hacia ello deben apuntar las acciones de la Alianza, que requiere de sobrada inversión, especialmente en capital humano de alto nivel para formar profesionales en competencias científicas, tecnológicas y de innovación. 

Y es que las brechas dentro del mismo país han sido muy marcadas. Por ejemplo, en el área rural la educación cuenta con un déficit muy alto en cuanto a cobertura y calidad, a su vez, existe muy poco o nula presencia de la tecnología. Ante estos datos, Castillo asiente que uno de los mayores retos es formar una sociedad sustentable con mayores oportunidades, mayor futuro en ciencia y tecnología y basada en el Plan Nacional de Desarrollo K’atun Nuestra Guatemala.  

“Para ello es importante unir esfuerzos con aliados estratégicos nacionales e internacionales. Para que, a través de soluciones innovadoras y aprovechando el uso de la CTI, se pueda contribuir a la alfabetización digital y a la conectividad para aportar al cierre de la brecha digital existente”, afirma el funcionario. 

Agrega que, son 4 los pilares de la política CTI: educación de alto nivel, desarrollo de investigación basada en demandas sociales y productivas, transferencia tecnológica e innovación y accesibilidad al conocimiento generado. De allí la importancia de la consolidación de sinergias y proyectos que se puedan desarrollar y aplicar en beneficio de la sociedad. Por otro lado, la prosperidad de la alianza requiere del apoyo de cooperantes para el fortalecimiento de las capacidades de generación de conocimiento de las universidades y centros de investigación. 

La dinámica de la triple hélice funciona mediante el apoyo de la transferencia de tecnología, el traslado de necesidades al sector público y la academia, para que esta última pueda investigar y proponer soluciones que sean implementadas por el sector productivo para la oferta de nuevos productos y servicios en el mercado. Por su parte, el sector público debe apoyar con condiciones que incentiven y fomenten el desarrollo empresarial. 

Lo importante es comenzar con la elaboración de planes estratégicos y con el compromiso de implementación y seguimiento por parte de los diferentes sectores. “Solamente de esta forma se comenzarán a dar pasos concretos para el fortalecimiento de la infraestructura y el aumento de capital humano y de investigación en el país”, advierte Castillo. 

El vicepresidente recapacita en que la tecnología solo debe ser vista de forma positiva, porque impulsa el desarrollo del país, ofrece productos más accesibles para todos, nos permite estar conectados y mejora la calidad de vida de las personas. Y porque el progreso de la tecnología y de la innovación reducirán la mano de obra de ciertos segmentos y generarán muchísimas otras oportunidades que compensarán las pérdidas. 

El funcionario concluye con que, la crisis del Covid-19 ha significado una gran oportunidad para la ciencia, la tecnología y la innovación. Porque, si bien tiene repercusiones sociales y económicas incuestionables, han proliferado y deben continuar surgiendo soluciones científicas, tecnológicas e innovadoras. “En estos momentos, la única forma de salir del rezago económico y social es, precisamente, a través de la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación, que son los motores del desarrollo económico y social”, puntualiza. 

Ileana López 
Directora
Revista Gerencia
gileana@agg.com.gt 

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