Vivir en un mundo nuevo

En menos de diez años, la inteligencia artificial ha provocado transformaciones culturales casi imperceptibles que están reconfigurando la interacción del ser humano con las máquinas

Aunque la inteligencia artificial está provocando transformaciones culturales casi imperceptibles, conforme esta avance se corre el riesgo de perder trabajos y ensanchar la brecha digital.

Detenerse un momento para preguntar cómo llegar a un lugar es cosa del pasado. Actualmente, millones de personas en todo el mundo utilizan Waze para saber qué ruta seguir y estar en el sitio deseado, en el menor tiempo posible. La app le avisa, incluso, que está a punto de encontrar un túmulo.

Para buscar información precisa sobre un tema de interés basta con entrar a Google y escribir el nombre de lo que se quiere conocer. En un instante el buscador navega por el mar de internet, identifica la información requerida, la ordena y la coloca frente a sus ojos. Si pide esto a un asistente le llevaría horas de trabajo y seguramente no sería tan efectivo con los hallazgos.

“Antes esto funcionaba a partir de reglas, ahora opera desde una inteligencia artificial que aprende sola y ha superado el sistema de códigos escrito por las mentes de Google durante quince años. La inteligencia artificial está escribiendo mejores programas que los programadores”, asegura Alí Lemus, director de Investigación y Desarrollo del departamento de Informática de la Universidad Galileo, quien explica que entidades como Amazon, Facebook, Apple y Google han establecido como primera prioridad el desarrollo de la inteligencia artificial.

Pero, ¿hacia dónde va la inteligencia artificial? A decir de Lemus, el enfoque actual se inspira en la biología, específicamente en el funcionamiento del cerebro y la interconexión neuronal, lo que está permitiendo que las máquinas aprendan solas. Y aunque aún falta mucho por avanzar, al unir el poder computacional, la multitud de datos disponibles en el ciberespacio y los avances teóricos, las posibilidades de desarrollo son exponenciales.

Facilitar la actividad diaria

Convivir con la inteligencia artificial facilita la vida. En poco tiempo una voz le indicará que es momento de levantarse. El agua estará justo a la temperatura preferida para darse un baño y el desayuno, preparado. Si así lo desea, podrá solicitarle a ella (la inteligencia artificial) que le comparta un resumen de las principales noticias, incluyendo el reporte deportivo de su interés y, luego, que haga sonar su música favorita.

Un Uber colectivo, sin piloto, le estará esperando en la puerta de la casa para trasladarle a la reunión establecida, a la que llegará sin retraso alguno, pues ya se ha calculado el tiempo necesario con base al tráfico y la distancia. Mientras trabaja, la refrigeradora inteligente evaluará qué productos hacen falta según sus hábitos de consumo. Con esa información cotizará dónde se ofertan los alimentos requeridos al mejor precio y, si lo autoriza, solicitará a la inteligencia artificial del supermercado que haga llegar los productos.

Las transacciones se hacen en línea, los bienes se trasladan en drones y, si cuenta con un robot asistente, este los recibirá y almacenará, a la vez que prepara los alimentos, los que aprendió a cocinar viendo cómo otros los hicieron. De regreso a casa, no necesita entrar con llave, la puerta lo reconoce y se abre al captar su imagen.

La presencia de las máquinas en el ámbito laboral favorece la productividad y la rentabilidad de las corporaciones

Le parece que el relato anterior es ciencia ficción. No lo es, muchas de esas acciones ya son una realidad. Durante la entrevista con Alí Lemus se constató cómo lograba que algunos de los puntos arriba expuestos fueran realidad, y la respuesta es: solo hablándole a una inteligencia artificial que recibió durante un encuentro que Google tuvo con ocho mil desarrolladores, a quienes les entregó una de ellas, para que la siguieran entrenando. Otros de los relatos, como el de Uber, se encuentran avanzados en su desarrollo, y algunos más se prevé que surgirán con el paso del tiempo.

¿Y el trabajo?

Si las máquinas cada vez están más presentes en el ámbito personal, en el mundo laboral esto se multiplica, pues favorecen la productividad y la rentabilidad de las corporaciones. Hoy en día, las mejores estrategias de mercadeo funcionan a través de inteligencia artificial.

En Amazon o Facebook, por ejemplo, en cuestión de segundos identifican cuáles son sus gustos e intereses, subasta ese conocimiento y otorgan al mejor oferente un espacio para que en su Smartphone aparezca una oferta del producto que justamente estaba buscando, todo eso sucede sin que intervenga una persona. ¿Le ha pasado alguna vez? Seguramente, sí.

Las negociaciones de la bolsa de valores se hacen por medio de inteligencia artificial. “Es ella la que evalúa las tendencias y toma decisiones. Lo hace de forma más rápida y certera que un humano”, asegura Lemus. En la medicina, la agricultura, la industria automotriz, la administración y la logística, en todas las áreas, está incursionando. Las máquinas cognitivas son capaces de escribir reportes, hacer análisis e, incluso, aprender idiomas por sí mismas. “Se coloca una biblia en diversos idiomas. La computadora la analiza y así aprende a traducir”, comenta Lemus.

Afrontar el cambio Aunque la inteligencia artificial está provocando transformaciones culturales casi imperceptibles, conforme esta avance se corre el riesgo de perder trabajos y ensanchar la brecha digital. Un estudio realizado por el Foro Económico Internacional estima que entre los años 2015 y 2020 se perderán 7.1 millones de puestos laborales y se generarán 2 millones vinculados a la informática, la matemática, la arquitectura y la ingeniería.

Otros estudios indican que la mayoría de niños que actualmente estudia en primaria, laborará en trabajos que aún no existen y que las competencias principales a desarrollar en ellos son la capacidad para resolver problemas, el pensamiento crítico, la creatividad y la facilidad de adaptación al cambio.

Ante esa realidad, es preciso que países como Guatemala comiencen por dar a conocer los avances que genera la inteligencia artificial, que propicien el acceso a las computadoras y la conectividad, a la vez que generen políticas para la innovación e inversión en tecnología, y que fortalezcan la educación.

Nancy Avendaño M.
Periodista
y profesora universitaria
nancyave@yahoo.com

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